El martes se vivió en el Amsterdam Arena un episodio tristísimo y deplorable de eso que a los amantes del deporte rey, hace que nos hierva nuestra sangre futbolera.
El Madrid de Mourinho (porque Mourinho va ligado al nombre) venció 0-4, es una máquina de ganar y llega al 100% al clásico. De eso no hay duda, de la tremenda competitividad que este portugués le ha inculcado a un Madrid que venía deambulando por Europa en las últimas fechas.
Pero el capítulo verdaderamente reseñable, y lamentable, fue el que se vivió cuando el portugués utilizó Dudek, como transmisor de sus órdenes a sus jugadores con la intención de que Xabi Alonso y Sergio Ramos forzaran la segunda amarilla, pasaran con una tarjeta a los octavos de final y se libraran de jugar el intrascendente partido ante el Auxerre.
La secuencia fue la siguiente: Mourinho envió a Dudek a la portería de Casillas, con el que conversó pegado al poste. Posteriormente, el capitán habló con Ramos y este, con Xabi Alonso. Los dos internacionales, posteriormente, forzarían la tarjeta mencionada, retrasando un saque de falta y de puerta, respectivamente.
Pero el show continuaba cuándo los futbolistas blancos eran entrevistados nada más acabar el partido y se veía como no lo querían reconocer pero tampoco lo desmentían. Era Casillas el primero que pasaba por los micrófonos y ya se le veía el plumero. Luego, en los programas deportivos nocturnos iban pasando protagonistas que, o tenían órdenes de no hablar, o también se mostraban con dudas.
Mourinho, en la rueda de prensa y, en otra muestra de hipocresía y 'sinvergonzonería', quiso echar la culpa a al árbitro y no reconocer lo que luego se demuestra con imágenes. Pero no acaba aquí la cosa, el gesto que define al portugués es, después de haber dado la claramente la orden, al ser expulsado Sergio Ramos de manera vergonzosa para una institución como el Real Madrid, el salvador del Madrid, ni corto ni perezoso, tira la botella de agua que tenía en sus manos haciendo claros gestos de enfado como para querer disimular la fechoría cometida.
Que sí, que estas expulsiones se ven en los campos de fútbol, pero no de esta manera que solo hace manchar el nombre del Real Madrid, club que deberá tener en cuenta también los puntos negativos de un técnico que en lo deportivo es el número 1, o el 2, pero de cara a la opinión pública del Madrid es un grano en el impoluto blanco de los merengues.
Como era de esperar, la UEFA va a tomar cartas en el asunto y ya se ha puesto manos a la obra, a ver que sale de aquí...
Este tema le viene fatal a mi compañero Rubio. Su vida se basa en criticar a Guardiola, alabar a Mourinho y defender con uñas y dientes, cueste lo que cueste, y lleve o no razón, a su queridísimo Real Madrid. El señor Rubio criticó en una entrada la hipocresía de Guardiola y en otras ocasiones ha defendido la valía de Mourinho. Ahora se encuentra entre la espada y la pared y en una conversación con él me dijo que lo que ha hecho Mourinho es ironía, no hipocresía.
Señor Rubio, le rogaría que no se 'arroncere' (dícese de la persona totalmente influíble por las arengas del hincha madridista Tomás Roncero), y reconozca la HIPOCRESÍA, del mesías portugués. Deje de perder credibilidad entre los suyos...
como puede ser que un hombre con tales faltas de ortografía hable con esa rotundidad?
ResponderEliminares como si un feo se pone a hablar con las tipas de una discoteca como si fuese elvis...
A mí lo que más me extraña de todo es que Mourinho no tuviera preparado eso en el descanso y que tuviera que preparar todo el circo con Dudek para esa chorrada.
ResponderEliminarPienso que incluso Mourinho lo tenía pensado. Teniendo en cuenta lo que le gusta llamar la atención...
(grande Dele XD)
La acción es completamente lícita pero, en mi opinión, el único pero es el cómo se efectuó. Es decir, me parece bien que se haga lo que se hizo pero no en el momento en que se hizo ni en la manera en la que se hizo.
ResponderEliminarSaludos.
No me creo que Mou fuera tan torpe. El ya sabía que se iba a formar esto. Lo que no sé es qué pretendía conseguir...
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